Adolescencia

Siempre me pareciste una persona vacía.
Alguien que se completaba escogiendo cuidadosamente lo mejor de los que le rodeaba. Alguien que solo se daba el placer de escuchar sus canciones favoritas en la soledad de su habitación, y cuando al salir del portal se ponía los cascos al ritmo de lo que en ese momento se llevaba, por mucho que no le gustase. Alguien quién decía no importarle las criticas, pero que al llegar a casa se ponía a llorar desconsoladamente hasta que se veía obligado a cambiar de almohada. Alguien que llegaba a casa a altas horas de la madrugada con más alcohol que sangre por las venas. Alguien que hablaba maravillas de la noche pasada cuando solo movió un par de veces la cadera y sostuvo un vaso de vodka durante todo el concierto. Alguien que decía querer vivir para siempre, pero que al mismo tiempo no podía evitar fumarse un par de cigarros detrás del instituto todos los días. Alguien que es capaz de cambiar su destino en cualquier momento.
Siempre me pareciste una persona vacía.
Y ahora que me miro al espejo, me lo pareces mucho más.